Las muestras, extraídas por la sonda Osiris-Rex, fueron estudiadas por los profesionales y arrojaron resultados reveladores.

La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) compartió el primer análisis del asteroide Bennu -el cual podría estrellarse en la Tierra en 2182-, de la misión OSIRIS-REx que inició en octubre de 2020 con el objetivo de reunir muestras del cuerpo celeste rocoso y realizaron un descubrimiento prometedor.

Los resultados, que se estudiaron en un laboratorio ubicado en Texas, en los Estados Unidos, revelaron que la roca espacial contiene agua y una voluminosa cantidad de carbono, lo que advierte que puede haber proporcionado los componentes básicos de la vida en la Tierra.