El panadero Emilio Sáez, dueño de la emblemática panadería y parador «La Unión» del municipio de Tolhuin, en Tierra del Fuego, tiene montada en su negocio una escultura en tamaño real de René Favaloro, en lo que constituye el homenaje más austral al cardiocirujano argentino fallecido hace 20 años.
La imagen de Favaloro sentado en una mesa, con guardapolvo y un estetoscopio, fue realizada por el artista plástico Fernando Pugliese, el mismo creador del parque temático Tierra Santa y de numerosas esculturas realistas dispersas por Buenos Aires y otras partes del mundo, entre ellas la de los cómicos Alberto Olmedo y Javier Portales en la porteña avenida Corrientes.
Sáez le encargó la obra a Pugliese en 2012, y desde entonces la escultura se convirtió en una de las grandes atracciones de la panadería visitada por miles de turistas y lugareños, porque se encuentra exactamente a mitad de camino entre las ciudades de Río Grande y Ushuaia, sobre la Ruta Nacional Nº3.
El panadero expresó que nunca conoció a Favaloro y que tampoco tiene con él ni con su fundación ninguna historia personal o familiar que lo una, salvo la admiración por su obra y la indignación por las circunstancias de su fallecimiento.
«Jamás lo conocí, pero siempre lo consideré mi mayor ídolo, después de mi padre. Su muerte me dolió tanto, y el abandono e indiferencia del pueblo argentino me causó tanta indignación, que lo sentí como un hachazo en el alma», sostuvo Sáez.
También recordó que lo único que le pidió al autor de la escultura, con quien se reunió en Buenos Aires para ultimar los detalles del trabajo, fue que «le pusiera el alma».
Según Emilio, Pugliese le aseguró que esa «iba a ser su obra», y durante el proceso creativo le fue enviando fotografías en las que ya se percibía «la aparición de algo conmovedor».
La escultura hecha de resina, poliuretano y otros elementos químicos, llegó a Tierra del Fuego un «día del médico», el 3 de diciembre de 2012.
Sáez sostiene que el realismo de la imagen conmovió al humorista Luis Landriscina, amigo de Favaloro y también gran admirador suyo, quien pidió «fotografiarse con la escultura antes de su traslado a Tolhuin», rememoró.
La estatua, considerada la única del médico y educador en tamaño real del país, fue instalada en un rincón del comercio junto a un libro donde los visitantes dejan sus recuerdos y homenajes.
«Leer todo lo que se ha escrito allí es conmovedor. Alguna vez pensé en reunir los testimonios y editarlos. Ahora tengo otra idea: voy a convertir la escultura en una experiencia interactiva, con la posibilidad de que se escuche la voz de Favaloro, y algunas de sus definiciones más recordables», contó el panadero sobre su próximo proyecto.
Sáez, que inauguró la estatua después de una bicicleteada de 100 kilómetros, también es conocido por otras proezas y ocurrencias: en 2016 lo bautizaron como el «mejor jefe de la argentina» porque le regala a su personal una semana por año en su casa de Puerto Madryn, en 2018 caminó de Salta a Tierra del Fuego bajo el lema «basura cero» y ese mismo año instaló en su panadería una réplica a escala del submarino ARA San Juan, desaparecido el año anterior en el mar argentino.
«Es un tema moral. La obra de Favaloro y la forma en que se la correspondimos demuestra nuestra falta de valores. Es una de las grandes deudas de la democracia argentina. No sé cómo, pero hay que enmendar este terrible error», concluyó Sáez.