Y es que en los próximos días, se espera que tres sondas espaciales lleguen al planeta rojo para estudiar su geología, su atmósfera y buscar posibles signos de vida, como bacterias.

La primera misión que alcanzará el planeta es Hope, enviada por Emiratos Árabes Unidos, que se pronostica que entrará en contacto con la atmósfera marciana este martes 9 de febrero.

Dos días más tarde, llegará la misión Tianwen-1 de China y la Perseverance, de la NASA, aterrizará el 18 de febrero.

La separación entre los dos planetas cambia constantemente debido a sus diferentes velocidades cuando orbitan alrededor del Sol, por lo que el mejor momento para lanzar misiones que requieran la menor cantidad de combustible ocurre una vez cada 26 meses.

Pero al igual que con cualquier misión a Marte, las tres naves espaciales enfrentan desafíos tremendos, incluidos los infames 7minutos de terror“, el tiempo que tarda una nave espacial en bajar desde la parte superior de la atmósfera del planeta al suelo.

La mitad de todas las misiones anteriores al planeta rojo terminaron en fracaso.

Entonces, ¿cómo esperan los científicos lograrlo esta vez? Y ¿qué buscan investigar?

Los Emiratos Árabes miran a Marte.-

La histórica primera misión de Emiratos Árabes a Marte despegó de Japón en julio del año pasado.

La sonda explorará la atmósfera del planeta rojo, algo que no se ha hecho en ninguna misión anterior a Marte.

En particular, los científicos creen que puede contribuir a nuestra comprensión de cómo el planeta perdió gran parte de su aire y, con él, gran parte de su agua.

A diferencia de las misiones chinas y estadounidenses, Hope no aterrizará en Marte, sino que orbitará el planeta durante al menos un año marciano, o 687 días.

Se espera que sus datos comiencen a llegar a la Tierra en septiembre.

Pero antes de eso, la misión deberá realizar una maniobra arriesgada para quedar atrapada en la órbita de Marte, una fase descrita por los expertos como “crítica y compleja” y que se espera que dure hasta abril.

El corresponsal de BBC Science, Jonathan Amos, describió la misión Hope como un “esfuerzo científico”.